Ángela y Pablo son de esas parejas especiales que se quedan para siempre en tu vida. Nos conocimos hace un año y nuestra conexión traspasa el objetivo de la cámara. Su preboda tenía que tan especial como ellos y estar a la altura, así que no lo pensamos dos veces y aprovechando el período vacacional, hicimos maletas y nos pusimos rumbo a Calpe donde se sitúa esta joya arquitectónica de Ricardo Bofill.

La construcción de la Muralla Roja finalizó en 1973 y desde entonces se ha convertido en el templo de todos los amantes de la arquitectura, diseño y fotografía. Durante nuestra estancia de cuatro días pudimos comprobar de primera mano como se están llevando a cabo labores de mantenimiento y pintura en todas las fachadas del edificio, gracias a los ingresos que está recibiendo la comunidad por las numerosas campañas publicitarias que acogen entre sus muros. Disfrutamos unos días de ensueño, almorzando, bebiendo y disfrutando del fantástico sol de la comunidad valenciana.

Tras un primer día de toma de contacto con el edificio y su entorno, encontré las localizaciones perfectas para contar su historia. Al atardecer, Ángela y Pablo sacaban sus mejores galas, perfectamente mimetizados con el edificio, para dar rienda suelta a su historia de amor frente a mi cámara. Entre algunos curiosos, realizamos una sesión de preboda que tardaremos mucho en olvidar por la complicidad existente entre ellos y su generosidad ante mi objetivo.

A continuación os dejo un pequeño resumen de esta maravillosa historia.